Cuántos vamos de líderes y somos ciegos que conducen a otros ciegos.
Por qué nos queremos arrogar el derecho a enseñar, corregir y a dirigir a los demás en los foros, tertulias, telediarios, editoriales...
Si nos olvidamos una cosa que es esencial:
Para salar la sociedad, la sal a de estar en buenas condiciones.
Y cuando la SAL se contamina se vuelve insípida, sólo hay dos soluciones:
1- Una es tirarla a la basura.
2- Dos es hacer una buena confesión, que la puede regenerar...
¿Dónde está el problema?
El problema es, que cuando uno peca se avergüenza, luego aflora la soberbia y entramos en un bucle... Por lo que hay que ser muy humilde para pedir perdón y salir del pozo.
Ya que sólo con el corazón puro, podemos ser útiles a la sociedad. Lo otro es hipocresía.
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